Cuando un nene de cuatro años arma un juguete, esa acción puede ser un juego. Pero también puede ser parte del proceso de aprendizaje, si hay un adulto que resignifique esa acción. A esa imagen apela Nora Leone, la directora nacional de Educación Inicial, para resaltar la importancia de la escolarización tempranísima.
Ayer, la funcionaria nacional participó en Tucumán en las Jornadas Regionales de Educación Inicial, en las que fueron anfitrionas la ministra de Educación, Silvia Rojkés de Temkin y la senadora nacional Beatriz Rojkés de Alperovich. También participaron la directora provincial de nivel Inicial, Patricia Tauber, funcionarios del área y docentes de “jardincitos” de otras provincias del NOA que compartieron experiencias en talleres a lo largo de toda la jornada. Un tema sobre el cual hubo consenso en esas rondas fue la necesidad de que el jardín de cuatro años sea obligatorio. En Finlandia, país modelo en educación, la obligatoriedad rranca de escolarización arranca a los tres años, le recordó la profesora Leone a LA GACETA, en un alto en la jornada.
“No hay nadie que se oponga al jardín de cuatro obligatorio. Cuando uno analiza los deciles con menores niveles de ingreso, los únicos que no concurren al jardín son los más pobres; esto estaría hablando de una imposibilidad material de enviar a los chicos al jardín; en los sectores medios, los están enviando desde los dos años. Entre los padres, salvo algunas comunidades que se oponen por cuestiones culturales, no hay oposición. Quizás, lo que quieren es que sus chicos aprendan otras cosas”, planteó la funcionaria.
- ¿Qué debe ofrecerle hoy el jardín de cuatro al chico?
- Tiene que aprender todo lo que el diseño curricular de su jurisdiccción indique que tiene que aprender, tiene que aprender a estar con otros, a vivir con otros, a compartir con otros, a escuchar, a tomar la palabra, a resolver problemas básicos mátemáticos, de números.
- Jugando...
Jugando, o sin jugar. Cuando construyen una torre con bloques de madera, a veces están jugando, pero cuando se les provoca un problema porque no armaron una base que pudiera sostener toda la estructura que van a hacer a lo alto, si hay un adulto que lo resignifique, esto se vuelve un problema matemático o un problema geométrico. También tienen que aprender los números; las series numéricas; pero aprenden usándolos con sentido, con significación. Empiezan a entender cuáles son las reglas del sistema alfabético y de la escritura. No quiere decir que van a salir leyendo y escribiendo como si estuvieran en séptimo grado. Pero sí empiezan a entender algunas marcas; cuándo son letras, cuándo son dibujos, cómo se utilizan las letras para armar determinadas palabras...Todo eso lo empiezan a hacer desde los cuatro años.
- Usted plantea que un chico que hace jardín de cuatro tiene una mejor secundaria..
- Sí, yo digo que en la sala de cuatro se empieza a construir la secundaria. Porque asegura que los chicos adquieren confianza en la posibilidad de aprender, que adquieran cierta rutina en la asistencia a la escuela, la posibilidad de expresar sus opiniones y saber que va a haber alguien que lo va a guiar en la construcción del conocimiento, pero sin imponerle nada. Todo eso va a aportar seguramente a que el sujeto pedagógico esté en mejores condiciones de construir su trayectoria escolar.
- Y también usted ha señalado que hay estudios que avalan esas impresiones...
Hay resultados de pruebas internacionales que marcan una relación en el rendimiento de chicos en Lengua y en Matemáticasa. Se han hecho estudios referenciando los resultados obtenidos por chicos que habían hecho la sala de cinco, los que hicieron las dos salas y los que no las hicieron; y la verdad es que el rendimiento fue muy diferente. Los chicos que habían hecho las salas tuvieron mejores porcentajes; pero este se triplica en los que hicieron la sala de cuatro. Lo importante es que fuimos ampliando cobertura. Tucumán, en ese sentido, es una de las provincias que más ha avanzado en la apertura de salas de cuatro, después de que ha consolidado las de cinco. Tiene un 60% de cobertura. Y es justo decir que el gobierno nacional dispuso la creación de un fondo de $ 750 millones para poder construir en todo el país las salas necesarias como para completar hasta 2016.